martes, 13 de diciembre de 2011

#22

Saca la llave, me mira y sonríe. Casi consigue ponerme nerviosa o impaciente por ver qué hay detrás. Me gusta darle collejas, ojalá fuese lo único.
Abre la puerta despacio.
- ¡Joder date prisa!
Empujo la puerta y él la suelta. Acabo tirada en el suelo y él riéndose. Me levanto enfadada y disimulo que no me he fijado en lo bonita que es la habitación, dejo la maleta y me tumbo boca abajo en la cama.
Él aún está terminando de reírse. Giro la cabeza hacia la ventana simplemente para no tener que verle.
- Paula jope...
Le saco el dedo y en cambio él me empieza a tocar el pelo. No consigue nada. Lo aparta y de ahí pasa al cuello. Me aparto bruscamente queriendo gritarle "el cuello NO", pero seriedad ante todo, aun así sigue persiguiéndome con sus brazos. Me alcanza y empieza a hacerme cosquillas. Empiezo a chillarle, lo paso muy mal. No es uno de mis fuertes, pero es una tortura.
- La has cagado.- Le digo.
Me doy la vuelta, adelanto una pierna y acabo sentada encima suya. Es tan mono... pero tan idiota. Tiene sus rasgos infantiles, de los que muchas veces acabas harta. En cambio sabe como satisfacer mis necesidades.
Supongo que esta era la "siesta" prevista.

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